La termometría se encarga de la
medición de la temperatura de cuerpos o sistemas. Para este fin, se utiliza el
termómetro, que es un instrumento que se basa en el cambio de alguna propiedad
de la materia debido al efecto del calor; así se tiene el termómetro de
mercurio y de alcohol, que se basan en la dilatación, los termopares que deben
su funcionamiento al cambio de la conductividad eléctrica, los ópticos que
detectan la variación de la intensidad del rayo emitido cuando se refleja en un
cuerpo caliente.
Existen varias escalas termométricas
para medir temperaturas, relativas y absolutas.
A partir de la sensación fisiológica,
es posible hacerse una idea aproximada de la temperatura a la que se encuentra
un objeto. Pero esa apreciación directa está limitada por diferentes factores;
así el intervalo de temperaturas a lo largo del cual esto es posible es
pequeño; además, para una misma temperatura la sensación correspondiente puede
variar según se haya estado previamente en contacto con otros cuerpos más
calientes o más fríos y, por si fuera poco, no es posible expresar con precisión
en forma de cantidad los resultados de este tipo de apreciaciones subjetivas.
Por ello para medir temperaturas se recurre a los termómetros.
En todo cuerpo material la variación
de la temperatura va acompañada de la correspondiente variación de otras propiedades
medibles, de modo que a cada valor de aquella le corresponde un solo valor de
ésta. Tal es el caso de la longitud de una varilla metálica, de la resistencia
eléctrica de un metal, de la presión de un gas, del volumen de un líquido, etc.
Estas magnitudes cuya variación está ligada a la de la temperatura se denominan
propiedades termométricas, porque pueden ser empleadas en la construcción de
termómetros.
Para definir una escala de
temperaturas es necesario elegir una propiedad termométrica que reúna las
siguientes condiciones:
La expresión matemática de la relación
entre la propiedad y la temperatura debe ser conocida.
La propiedad termométrica debe ser lo
bastante sensible a las variaciones de temperatura como para poder detectar,
con una precisión aceptable, pequeños cambios térmicos.
El rango de temperatura accesible debe
ser suficientemente grande.
Una vez que la propiedad termométrica
ha sido elegida, la elaboración de una escala termométrica o de temperaturas
lleva consigo, al menos, dos operaciones; por una parte, la determinación de
los puntos fijos o temperaturas de referencia que permanecen constantes en la
naturaleza y, por otra, la división del intervalo de temperaturas
correspondiente a tales puntos fijos en unidades o grados.
Lo que se necesita para construir un
termómetro, son puntos fijos, es decir procesos en los cuales la temperatura
permanece constante. Ejemplos de procesos de este tipo son el proceso de
ebullición y el proceso de fusión.
“Durante toda su vida, los seres humanos mantienen la temperatura corporal dentro de unos límites de variación muy estrechos y protegidos a toda costa. Los límites máximos de tolerancia para las células vivas corresponden a unos 0ºC (formación de cristales de hielo) y unos 45ºC (coagulación térmica de proteínas intracelulares); sin embargo, los seres humanos pueden soportar temperaturas internas inferiores a 35ºC o superiores a 41ºC, aunque sólo durante períodos muy cortos de tiempo. Para mantener la temperatura interna dentro de esos límites, el ser humano ha desarrollado unas respuestas fisiológicas muy eficaces, y en algunos casos especializadas, al estrés térmico agudo. La finalidad de esas respuestas es facilitar la conservación, producción o eliminación del calor corporal, requieren la coordinación firmemente controlada de varios sistemas corporales.”
“El sistema de control del organismo es similar al control termostático de una vivienda con funciones tanto de calefacción como de refrigeración. Cuando la temperatura corporal sobrepasa una cierta temperatura teórica “de referencia”, se activan las respuestas de los efectores asociadas a la termólisis (sudoración, aumento del flujo sanguíneo periférico). Cuando la temperatura corporal desciende por debajo del valor de referencia, se inician las respuestas de termogénesis (reducción del flujo sanguíneo periférico, escalofríos). Pero, al contrario que los sistemas de calefacción y refrigeración de las viviendas, el sistema de regulación térmica del ser humano no funciona como un sencillo sistema de encendido y apagado, sino que tiene también funciones de control gradual y control de la velocidad del cambio. Debe tenerse en cuenta que la “temperatura de referencia” existe sólo en teoría, pero es útil para comprender estos conceptos. No obstante, todavía queda mucho trabajo para comprender plenamente los mecanismos asociados a la temperatura termorreguladora de referencia.”
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